A casi un año delúltimo gran terremoto que asolóel sur de nuestro país, aún se vive una etapa de desesperación y sufrimiento. Miles fueron los afectados, algunos cuantos los amparados y otros continúan teniendo la esperanza de seguir recibiendo ayuda por parte del estado, que al parecer se vuelto muy lenta, provocando la sensación que el tiempo se ha detenidopara todos ellos.
Casi nada se ha hecho desde entonces. Durante los primeros meses el gobierno ha estado pendiente de lo ocurrido entregando donaciones a los damnificados, prestando sus servicios, brindando dinero, ofreciendo promesas de reconstrucción de sus viviendas, colegios, etc. Todo estosolo ha beneficiado a algunos 10% de los afectados y ¿Qué ha sido del otro 90%? ¿Por qué la ayuda no es mas frecuente?
Esto ha provocado un ambiente de tensión y de molestia entre los pisqueños, induciendo a una huelga que terminaría en violencia sólo para exigir mas ayuda y que el pueblo peruano no se olvide de ellos .Mientras esto ocurre, el estado alardea de cuantos millones esta invirtiendo en la reconstrucción de sus hogares y centros educativos, de cuanto ha sido los préstamos y algunas cuantas visitas que el Presidente Alan García ha hechoal lugar del desastre.
Por otro lado, organizaciones comoUn techo para mi país, ONG, Ministerio de Salud (MINSA)FORSUR, entre otros han brindado su ayuda en todo este año. Esto ocasiona que el índice de sufrimiento originado disminuya se vuelva a levantar de los escombros.Pero no es suficiente parasatisfacer a más de319 mil afectados por el sismo.
Pisco no se va reconstruir con promesas ni con pequeñas acciones que no abastece a todos. Lo que necesita es una ayuda concreta y rápida, los afectados ya están cansados de vivir ensus pequeñas casas prefabricadas y en situaciones que no son favorables para nadie.
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