Lienzos y pequeños trozos de madera, es todo lo que necesita Félix Gutiérrez Ramírez para transformar simples objetos en bellezas talladas. A pesar de no haber estudiado profesionalmente para ser escultor domina perfectamente la técnica y la ejerce como tal.
Siempre tuvo que compartir su tiempo para el arte con el ruido de las máquinas y el golpeteo del asertillo y la madera, pero jamás ha dejado de practicar la técnica de la pintura. Para él, es tan vital como comer o respirar, es algo que lo llena, que lo relaja y que lo transporta a un mundo lleno de paz y de ilusión, algo contrario a esta realidad, donde todo es gris y nada es, lo que quieres que sea sino, es lo que es y así se tiene que quedar.
Nunca pudo seguir al pie de la letra lo que le mandaban sus padres, siempre tenía que flaquear, dejar lo que estaba haciendo para irse al rió a pescar, Era bastante ocioso para las labores hogareñas, siempre llevaba consigo pequeñas hojas de papel que arrancaba de un cuaderno viejo de sus hermanos mayores y un lápiz que cojía de la tienda de su casa, cuando se cansaba se sentaba en un pequeño peñasco y miraba al horizonte con su pedazo de papel e iniciaba a dibujar ;no era la gran cosa ya que era un mocoso que apenas escribía bien, aunque todo el mundo decía que tenía ese talento especial de plasmar sus pensamientos en el papel.
A pincelazos aprendí: “La técnica esta en las manos, las ideas en la mente y el ánimo de hacer las cosas bien están en uno mismo, sólo hace falta tener fuerza de voluntad y creer que todo es posible”, es lo que se le viene a la mente cada vez que pinta uno de sus cuadros.
Como cualquier chico, que deseaba ser artista, le gustaba curiosear por las tiendas y galerías de arte para observar las pinturas y contemplar la magia que se encierra en ellas. En aquellas visitas conoció a un pintor, que al ver la curiosidad del joven, decidió tomarlo como pupilo y educarlo en su formación artística.
Cuatro años por lo menos continuó Félix, con esta rutina diaria que era de su completo agrado hasta que aquel hombre decidió mudarse y no dejar rastro a donde iba, de la misma manera que se esfumaba esa oportunidad, se desvanecía el sueño de convertirse en artista reconocido ya que dejaría de estudiar debido a la falta de apoyo. Un duro golpe que tuvo que superar.
Los sueños de este hombre no esta por finalizar, todo lo contrario, el viento sopla a favor de él, y solo con un pequeño empujón va llegar a resolverlos.
Poner una pequeña galería para exhibir todas sus creaciones es el sueño mas próximo que tiene, nada imposible para este artista, algo pasado de kilos por los años , bien feliz de oreja a oreja ,pacifico, y tranquilo ,
Nunca existirá una pincelada final para este él, su imaginación esta al flote, y siempre esta dando vueltas apunto de salir de esa burbujas de ideas para convertirlo en algo mágico y real. Es algo que lo mantiene libre y que lo libera de la opresión de la ciudad.
Al entrar a su pequeño y cómodo taller se muestra como es en realidad, ordenado y tranquilo algo oculto que nadie cree que existe, solo en su imaginación y en su corazón, así es el, todo aquello que empieza como un inicio pero que el final aún no esta escritito que solo el sabrá cuando ponerle fin a todo.
1 comentario:
chevere ,.. me gusta.
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